quarta-feira, 30 de maio de 2007

CNB em Madrid


Compañía de danza de Portugal

Companhia Nacional de Bailado- "Pedro e Inés"-Teatro Camoes (Lisboa)Descorazonadora venganza de un rey enamorado.Leyenda y realidad se dan la mano en la trágica historia de los amores entre el príncipe heredero de Portugal, don Pedro (1320-1367), y la noble castellana Inés de Castro (1325-1355), plasmada en la estupenda obra “Pedro e Inés” de la coreógrafa lusa Olga Roriz.
Leyenda y realidad se dan la mano en la trágica historia de los amores entre el príncipe heredero de Portugal, don Pedro (1320-1367), y la noble castellana Inés de Castro (1325-1355), plasmada en la estupenda obra “Pedro e Inés” de la coreógrafa lusa Olga Roriz. Estrenada con gran éxito en 2003, la pieza de Roriz cuenta, a través de siete cuadros escénicos, un episodio histórico muy desdibujado por el peso de la leyenda y por el paso de los siglos: la relación entre el futuro Pedro IV, conocido como ‘El Justiciero’, y la aristócrata Inés de Castro. Influido por presiones de los nobles, el rey Alfonso IV ordenó el asesinato de la amante de su hijo. Dos años después, cuando el infante Pedro llegó al trono, llevó a cabo una venganza de especial crueldad contra los asesinos de Inés.


Fotos: Alceu Bett y Amir Sfair Filho

De los tres instigadores de la muerte de Inés, Pedro Coelho y Diego López Pacheco expiaron de un modo terrible su crimen; al primero le fue arrancado el corazón por el pecho, y al segundo por la espalda. Incluso dicen que el rey Pedro mordió los corazones de los asesinos. Después, obligó a la corte a rendir homenaje al cadáver de Inés, a la que coronó como reina. Esta desgarradora historia de amor, crueldad y venganza ha contado con una presencia constante en el arte portugués, para convertirse en un tema universal: desde la narración del asesinato de la amante real en “Os Lusíadas” (1572) de Luis de Camões, hasta “Reinar después de morir” (Lisboa, 1652) de Luis Vélez de Guevara y “Corona de amor y muerte” (Buenos Aires, 1955) de Alejandro Casona. Por eso, este montaje, a medio camino entre lo teatral y lo dancístico, es una magnífica ocasión para acercarse a un episodio que une el amor eterno, con la venganza más sangrante y, sobre todo, que cuenta con el casi increíble elemento de la historicidad.


Fotos: Alceu Bett y Amir Sfair Filho

La coreógrafa Olga Roriz construye una obra de corte narrativo, en la que el lenguaje de la danza queda supeditado al correcto desarrollo del argumento. De esta manera, la creadora lusa selecciona siete episodios, entre lo onírico y lo real, en la historia de Pedro e Inés, para expresar todo el amor y todo el horror que se condensa en esta historia: ‘El sueño de Inés’, ‘La muerte de Inés’, ‘El sueño de Pedro’, ‘Pedro y la muerte de Inés; la venganza’, ‘Pedro exhuma el cadáver de Inés’, ‘El funeral’ y ‘La coronación de Inés’. Conmovedora, desgarradora e intensa, tanto por su trama como por su interpretación, la obra “Pedro e Inés” está llamada a ser el mejor bastión de la Companhia Nacional de Bailado de Portugal (CNB), para demostrar su modernidad en una producción propia con claro acento luso, ya que su ductilidad está de sobra acreditada por su interpretación de clásicos como “El lago de los cisnes”, “Giselle” o “Don Quijote”, y contemporáneos de Forsythe, Balanchine y Van Manen, entre otros. Con setenta minutos de duración, la pieza de Roriz deja sobrecogido al espectador, obteniendo el aplauso rotundo y firme del patio de butacas, que incluso termina en pie, para rubricar el buen trabajo de formación portuguesa.


El éxito de la obra de Roriz es tal que llena todas las actuaciones que se programan, tal y como lo hizo en las cinco representaciones de este mes de mayo, en el lisboeta Teatro Camões. Sin duda, una obra indispensable para conocer un poco más del sentir portugués y, sobre todo, para congratularse con la danza contemporánea narrativa.

Fotos: Alceu Bett y Amir Sfair Filho

En el plano puramente interpretativo, además del elenco de la CNB, destacan con poderío y majestuosidad en los cuatro roles principales: Carlos Pinillos en la piel del joven Pedro, Alba Tapia en el rol de Inés joven, Christian Schwarm como Pedro adulto y, finalmente, Ana Lacerda interpretando a Inés muerta.

Mientras que los madrileños Carlos Pinillos y Alba Tapia se recrean en el amor jovial e intenso de juventud, en la bellísima escena de la fuente en la “Quinta das lágrimas” en Coimbra, un dúo de portés complejos, con la dificultad añadida del agua que brota de la fuente, el aspecto más trágico está representado con maestría por la portuguesa Ana Lacerda, magnífica el rol de la fallecida amante real, y por el desgarrado Christian Schwarm en la patética imagen de un rey abatido, vengador y justiciero. Así, las dos escenas desarrolladas en la fuente son de gran belleza y plasticidad, además de ofrecer la contraposición de sentimientos entre la coreografía de los enamorados disfrutando de su relación y el rey intentando desesperadamente darle un hálito de vida al cadáver de su amada.

Fotos: Alceu Bett y Amir Sfair Filho
Interesante también la escena de venganza en la que, según cuenta la leyenda, Pedro IV, personificado por el Bailarín Principal Carlos Pinillos, engulle los corazones de los asesinos de su querida Inés. No menos trágicos e intensos resultan los cuadros del funeral de la amante real y la coronación de Inés como reina, obligando a sus súbditos a rendirle el homenaje correspondiente. Con esta sensacional obra de Olga Roriz, la CNB ha sabido coger un tema luso, adaptarlo al lenguaje de la danza contemporánea y, sobre todo, demostrar que hay temas tan universales como el amor que, en esta ocasión, unió a dos personajes reales: el portugués Pedro I ‘El Justiciero’ y la castellana Inés de Castro. Amor eterno, desgarradora venganza e intenso drama. Y todo ello, dentro de la Península Ibérica, sin ir más lejos. ¿Le falta algún ingrediente a esta historia?

Sem comentários: